Vencer la página en blanco es uno de los retos que más enfrentará el escritor. Podría decirse que es el resfriado común de este oficio.
Esperar a la musa está bien en muy pocas, realmente muy pocas, circunstancias (otro día hablaremos de eso).
Según decía Picasso: “Si llegan las musas, que te pillen trabajando”, precisamente hace referencia a esto. Quien se queda a esperar la musa tiene más posibilidades de ver la parrilla entera de Netflix que de escribir algo.
Un método que suelo aplicar es el de frases detonantes. Frases de apertura que tienen ya per se tanta fuerza que continuarlas, es simple y desata a escribir.
Por ejemplo, usemos la frase detonante:
Llevarás tu tristeza al río y desde ahí invocarás…
Ahora solo debemos continuar la frase, terminarla, iniciar un pequeño relato.
Llevarás tu tristeza al río y desde ahí invocarás mi nombre. Edna, gritó al río, pero el río no dijo más que el repiqueteo del agua. Edna, repitió. Silencio. Edna, gritó con toda la ira de su sangre y el río rugió. Se arrodilló ante la roca negra que se irguió. Mirándolo, Edna, le preguntó: ¿por qué me despiertas con un grito de ira, si la roca que traes para dejar en el río es la tristeza? Es que acaso, ¿no conoce el hombre el llanto y solo sabe mostrar la irá? El río no recibirá la piedra que pesa en tu pecho, si no sabes nombrarla y alinearte con ella. Vete, mientras no aprendas a llorar, el río no aceptará tu ofrenda.
Y listo. No importa si lo que quieres es escribir una historia de vaqueros espaciales y ese párrafo no te lleve a nada. O tal vez, de repente te encuentres escribiendo toda una historia. Lo importante, es que ya venciste a la página en blanco y el motor está en marcha, ahora solo debes tomar el volante y llevarlo a donde querías llegar. Tu espíritu creativo se encuentra alerta, igual que la Edna del cuento, pero a diferencia de ella, tu creatividad aceptará la ofrenda que ella misma se ha hecho.
¿Qué te parece? Te dejo aquí una lista de frases detonantes. También podes crear las tuyas un día que la musa esté de humor y tenerlas guardadas para los momentos de sequía.
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- La distancia entre el amor y la locura es leve, Adriana…
Incluso, podés usar frases de apertura que te hayan llamado la atención de ciertos escritos. “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el …”. Todos reconocemos la frase de Gabo que termina en hielo, pero podes incluso cambiar esa frase para iniciar desde ahí. Obviamente, te verás en líos si publicás eso; a menos que lo uses con una intención clara, porque hasta la biblia podemos parafrasear, tal como lo hizo Umberto Eco (otro día hablaremos de eso, también). Lo importante es que uses estos mecanismos para despertar a tu creatividad.
¡Carpe diem!