Inicio Foros Taller literario Narrativa Despedida en 2 ruedas

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      Danier Delgado MataDanier Delgado Mata
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      Desde la noche anterior una idea se había alojado en su cabeza, llevaba varios años de relación y estaba en ese punto, continuar o bien tomar otro rumbo.
      Ella era como un oasis frío para él, en los días de tribulación recurría a ese ser que le llamaba amor y todo parecía recobrar ánimo de nuevo, por eso tenía la idea de continuar. También se decía a si mismo que podría probar suerte en otra piel, desde su juventud solo había navegado por los mares del sentimiento con ella y se preguntaba si más allá habría otros rumbos interesantes que pudieran llenar ese deseo que algunas veces sentía, ese tan convulso, como un estanque quieto, sin estelas. Tenía alojada esa inquietud, no sabe desde cuándo solo se dio cuenta un día, sin proponérselo, le navegó una duda sobre su apacible vida.
      Pasaron semanas y la ruidosa calma inició su camino, una tarde de verano de esos días fríos cuando el sol resplandece, sentados en el parque y tomados de la mano él le miró y luego desató su pedido. La chica que le veía con ojos de incredulidad guardó compostura y solo se atrevió a asentir con una leve mueca, el golpe fue indigerible, sus propuestas a futuro se estrellaron en esa tarde.
      Él prometió regresar a ella una vez lograra encontrar el camino de regreso, se dijo a si mismo que debía saber que había más allá, en el mar de las emociones, esas que podían estar en otras gentes.
      Se despidió de forma diferente y acordaron que cada cual regresaría a casa a su manera. El ruido de la potente motocicleta se alejó con el amado de la joven dando la espalda, ella le miró perderse y fue cuando pudo permitirse sentir y asimilar el dardo recibido, su corazón herido atinó a despedirse, sus ojos se tornaron oscuros y deseo todo el dolor posible a su amor.
      La libertad es una dulce droga pensó el joven varias cuadras luego y acelero para disfrutar el viento veraniego, se sentía liviano ya que acababa de soltar el lastre que le anclaba, en su felicidad olvidó el camino y dando tumbos atravesó una barda, veloz y ruidosamente al precipicio se dirigió, empujado por el deseo de su amada.

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