Buenas tardes, señoras y señores miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas y público presente. Mi nombre es Francisca Viveros Barradas, conocida como Paquita la del Barrio. Soy cantante de profesión. He tenido una vida muy dura marcada por la traición y la violencia por machismo, cultura que no se ha logrado erradicar en México, de donde soy oriunda. Sin embargo, hoy 21 de setiembre, Día Internacional de la Paz, quiero hacer una invitación en especial a las mujeres, para que, sin importar su profesión o labor ejercida, sean un foco de paz en sus pueblos y comunidades.
La interlocutora se queda en silencio unos segundos, que parecieron siglos. De pronto sigue su declamación…
Aunque pensándolo bien… ¡Chingue su madre! Mujeres seamos irreverentes, no aguantemos nada de esas ratas de dos patas. ¡Al carajo la paz, si esas escorias de la vida no nos respetan! ¡Viva la revolución femenina! ¡Fuera esas alimañas!
El cuerpo de seguridad actuó ante el gesto del presidente de la Asamblea General, la tomaron por los brazos y se la llevaron a rastras lejos del escenario. Mientras solo se escuchaban gritos de Paquita decir a lo lejos:
– ¡Suéltenme ratas de dos patas! ¡Todos ustedes son culebras ponzoñosas sin importar la esfera social en la que estén! ¡Los odio, los desprecio!