Inicio Foros Taller literario Los fisgones de la Asamblea

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      Viviana MagañaViviana Magaña
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      Esa mañana fría prometía que todo saldría bien. Tanto así que hasta el destino pareció confabularse para que Marco estrenara el saco azul que había comprado en el viaje familiar a Miami, en Macy’s, el diciembre anterior. Había escuchado en TikTok que el azul era el color ideal para ser escuchado y conseguir buenos resultados.

      —Má, hoy es el día… hoy se nos hace.

      Se comió sus dos huevitos de siempre, la tortillita con jamón y queso, el yodito, y mientras desayunaba, practicaba su discurso. Su proyecto ya había llegado a segundo debate, a pesar de que Danier, el diputado de Liberación, le había tirado duro.

      —¿Cómo no le iba a tirar duro? —pensó Danier—. A ese mae hay que darle un pichazo para que hable y diez para que se calle. No entiendo cómo esa porquería de proyecto pasó a segundo debate. Fijo los maes de la comisión se ruliaron y tragaron el cuentico de que los enfermos de cáncer y sus necesidades importan. Más calles es lo que ocupa este país. ¿Para qué vamos a gastar plata en gente que se va a palmar? Con este vestido entero negro y esta corbata roja, le vamos a decir adiós a esa idea estúpida que gasta la plata del pueblo innecesariamente. Claro, como ese mae es del Frente Amplio y quiere lanzarse a la presidencia el otro año, con estos proyectitos se quiere ganar a la gente.

      —Qué bien se me ve este saco —dijo Marco frente al espejo—. Má, me voy. Enciéndame una vela para que ese cabrón de Danier, ojalá hoy esté afónico. Estuvo en la comisión y, putas, le dio duro a mi proyecto. En primer debate me dijo hasta “playito” en media reunión. Le dijo a Varguitas que yo hablaba demasiado, que tengo verborrea. No puedo con la pachucada y la estupidez. Está bien que no le parezca mi proyecto, está bien, todos tenemos derecho a opinar, pero hay que tener buen verbo para discutir, no ser tan soez. Además, ¿cómo no va a querer aprobarlo? Fijo ese mae nunca ha pasado por algo así. Brindar atención prioritaria a los pacientes de cáncer y no dejarlos a la deriva, sin un diagnóstico, solo para no darles tratamiento con el pretexto de que la Caja está quebrada, no es justo. Pagaron seguro toda la vida y cuando ocupan, se hacen los locos. No puede ser. Bueno, máma, me voy.

      —Mierda, qué sucio está este carro…

      Respiró hondo y se miró en el retrovisor.

      —Bueno, Marquito, positivo, que todo va a salir bien. Ya pasó a segundo debate, vamos con todo.

      -Vestido blanco o negro?, no blanco, zapatos rojos y el pelo suelto, sí el pelo suelto. —Me quedaron divinos estos rayitos. Fijo la Pilar se va a morir cuando me vea. No soporta que sea presidenta de la Asamblea y dice que no hago nada por el país en este puesto. Me da risa, todo se lo cuentan a uno. Ella no se explica cómo puedo estar aquí. Amo a los chiquillos, pero aquello parece un kínder en vez de Asamblea. Se agarran por todo y se dicen unas cosas… ¡qué cansado! Por dicha cargué la tablet. Ya estos lentes ni me sirven, pero este marco rojo me va divino con este outfit. El teléfono ni lo veo… ¡Qué madre! No me va a dar tiempo de desayunar. ¿Qué tenemos hoy? Hacienda, lo del partido Liberal Progresista y lo del Frente Amplio. Ay, tan divino ese Marquito, pero cómo habla… Segundo debate… lo de los pacientes con cáncer. Hoy fijo hay pleito. Danier, como es de Liberación, no quiere que este proyecto pase. Y está buenísimo. La semana pasada la tía de doña Chalito, la de la soda, murió después de seis meses sin recibir un diagnóstico. Por supuesto, era cáncer de cérvix. Pero claro, Marco se las trae para las próximas elecciones. Dicen que se lo quieren llevar a Liberación, y Daniercito quiere ese puesto. Marco tiene carisma y un don de palabra. Si no los convence con sus ideas, los convence porque los cansa. Pero es divino. Eso es lo que Danier no soporta: le roba la atención.

      —¿Qué, mae? ¿Y ese trajecillo azul? Anda que no cabe de la felicidad porque pasó su proyecto a segundo debate. Vamos a ver cómo le va en la jaula de las locas. Fijo se lo traen abajo. No hay plata pa’ eso. Se la robaron. Costa Pobre está quebrada desde el gobierno de Oscar Arias. En la Caja, con costos, les dan a los pobres una acetaminofén de la India. ¿Y les van a dar tratamiento a gente que ya tiene una pata más allá que acá?

      Marco lo ignoró.

      —No puedo con ese mae, ¿ustedes pueden? Siempre tiene que ver lo negativo en las cosas. Yo me hago el maje, pero me punza el hígado…

      —Bueno, chiquillos, orden. Vayan a sus curules.

      —Ay, gracias Olguita, tan divina. Lo compré en Zara. Sí, los zapatos también. Viste, me quedaron divinos los rayitos. Dejamos de lado lo del uso de uniforme en las cárceles y vamos al segundo debate para el Proyecto del Diputado Marco Sequeira.

      —¡Cuándo putas se va a callar ese mae Marco! Cómo habla… Ya llegué al nivel dos mil quinientos sesenta y siete en Candy Crush, iba por el dos mil quinientos cuando llegué…

      Ya a votación…

      —Bueno, por mayoría de 42 a 15, el proyecto queda archivado… Se cierra la sesión por hoy… Nos vemos mañana.

      La candelita se había derretido sobre el fregadero. Un traje azul oscilaba en el clóset. Una corbata roja mal acomodada en el sillón de la sala. Un vestido blanco esperaba a ser lavado el miércoles. Unos zapatos rojos desordenados descansaban al filo de una cama y mientras tanto, en el hospital Calderón Guardia, los familiares de don Roberto esperaban en emergencia para que les entregaran el cuerpo del hombre que, seis meses atrás, no podía dormir por una tos persistente y nunca recibió tratamiento. No tenía diagnóstico.

      El TAC se lo habían hecho mal.

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