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      Tarea: Crear dos personajes con conflictos interiores que sean muy diferentes entre sí. Uno es el padre o la madre del otro y entran en una discusión sobre lo que debe hacer el primero,
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      Lucia bebiendo un café recién chorreado esperaba a su hija Carmina. Estaba muy ansiosa contando los minutos para que ésta llegara, pues la había citado con cierta urgencia el día anterior para charlar de hija a madre. -¿Qué será lo que me quiere contar con tanto apuro?- Se preguntaba mientras le quitaba unas arrugas al mantel y reacomodaba los cubiertos. -Embarazo no es porque ya se hizo la Salpin-. Vuelve a ver el reloj y una mosca sobrevuela los panqueques. Ding dong. En cuanto escuchó el timbre, Lucia saltó de un respingo y fue directo hacia la puerta.

      —¡Hola madre mía!. Sorry por el atraso. Lucía la abraza y le da la bienvenida. -Vení sentáte que se enfría la comida. Obviemos los protocolos y contámelo todo-. insistía Lucía mientras abría torpemente un sobrecito de azúcar. -Pues nada, mother, que he decidido irme a vivir con Javi; ya llevamos mucho tiempo juntos y, la verdad, queremos probar. A estas alturas de la vida quiero ver si funcionamos como pareja bajo un mismo techo-. La mosca de los panqueques estuvo a un segundo de meterse en la boca abierta de Lucía. -Ay, no…Carmina, ustedes han terminado un montón de veces y cada vez que han vuelto es la misma situación, yo no veo que las cosas avancen con cada ruptura, al menos no por parte de Javi-. Lucía se sirvió una segunda taza de café. -No jodás mamá, yo lo amo; yo sé que tenemos nuestras cosas, pero en general nos llevamos bien- justificaba Carmina mientras tomaba un primer bocado. -Um, no sé qué decirte hija…pasáme la mantequilla-. Mientras ambas comían pasó un ángel.
      —¡Má, diay, bueno…Si te digo que a Javi le falta ser más atento conmigo, pero en la cama es buenísimo. Lucía soltó una risilla. -Ay, no, calláte, mujer, too much information. Además, no solo de sexo se vive; acordáte que el “agua apaga el fuego y al ardor los años” como bien decía Sabina. ¿Querés leche? Es de almendra- pasándole la caja a Carmina. – Ay Má, ya tenemos vista una casa grande, muy linda, con buen patio para los gatos, y fíjate vos que está muy cerca de aquí. Yo me siento más que lista para dar este paso. Es lo que siempre he deseado…desde que jalaba con Andrey, ¿te acordás?. Pasó otro ángel. –Ummmm …ve vos, no digás. Pero, ¿Javi estará listo? -Pasáme otra salchicha, Má…y la mostaza-. Ñom Ñom Ñom.

      —Hija, la pura verdad es que a mi ese muchacho nunca me ha gustado, ya te lo he dicho antes. Es un chiquito lindo de mami y papi acostumbrado a que todo se lo han dado. Y yo he visto cosas, ciertas situaciones… y te digo que la carreta la deben llevar los dos y aquí la llevás vos solita- mientras volteaba los ojos hacia arriba. -Má, es que Javi es así, medio despistado, pero tiene otras cosas lindas conmigo. Además, me ha dicho que va a cambiar. Con mi apoyo, lo lograremos. Yo puedo manejarlo. Yo quiero realizarme, tener mi casa, mi pareja y dos gatos-. Pasó un ángel más. -Carmina, ya vos sos una mujer hecha y derecha, luchona, responsable, pero te digo honestamente que yo, como tu mamá, no estoy de acuerdo con esa relación y mucho menos que se vayan a vivir juntos, por lo menos no con Javi. Si hubiese sido Andrey, tan divino ese muchacho… Pero, allá vos con las consecuencias. No vengás llorando hecha leña como las otras veces que ya me conozco el guion de esa película-.

      A Carmina se le acentuó la mancha rojiza que tiene de nacimiento en la frente. Se levantó tirando la silla al suelo, miró a su madre con ojos ígneos y se marchó sin despedirse. ¡PUM! Lucía, tras escuchar el portazo, respiró en serie de cinco; se procuró otro café y permaneció observado a las moscas que ahora sobrevolaban la miel de maple.

      Unos pocos meses después, Carmina y Lucia desayunaban juntas nuevamente, en silencio, en la casa grande, bonita, con patio, mientras los gatos ronronean debajo de la mesa.Carmina disimula una lágrima, aclara su garganta, hace un esfuerzo para iniciar la conversación…-Tranquila, Carmi… pasáme la mantequilla-.

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