Recuerdo tu cara imberbe en el colegio y tus ojos. Tus ojos estrellas chispeantes hablándome de amor. Recuerdo tus manos en los pasillos de la universidad, en el pasto bajo los árboles en tardes de ocio y tomando las mías cuando nos casamos. Recuerdo tu olor antes de irte al trabajo. Recuerdo la ilusión con sabor a futuro, a familia. Recuerdo las alegrías, las tristezas, los éxitos y los fracasos. Recuerdo los fracasos que se vistieron de constancia y te cambiaron la sonrisa por furia. Recuerdo tus lágrimas la primera vez que tu puño maquilló de morado mi cara. Recuerdo tu arrepentimiento y mi ingenuidad. Recuerdo las falsas promesas de un cambio y mi esperanza de volver a ser felices. Te recuerdo amor, antes de la loca ira, y el cuchillo y este olor a despedida…