Tiene una mancha en el rostro, pero no es cualquier mancha. Es un embrujo para toda persona que la mira. Está cerca de sus labios carnosos y dirige el camino hacia su mirada intensa, apasionada y pícara. Una vez, un hombre la miró por más de tres segundos y su alma se perdió en la tristeza de no poder tenerle, no poder besarla… La última vez que alguien la miró, perdió la vida, se sumaron los hechizos de sus labios carmín y la chispa de sus ojos, los cuales le empujaron descuidadamente a la calle transitada contra un bus…